Estamos acostumbrados a ver en las grandes y medianas empresas como cada año se elaboran los presupuestos de inversión para el desarrollo y la adquisición de nuevos productos, líneas de negocio, servicios, etc.
Dicho presupuesto se hace antes del comienzo del nuevo ejercicio y define unas cantidades para nuevos proyectos de inversión que son asignadas y gestionadas por las distintas áreas. Incluso a veces vemos que si sobra presupuesto se suele emplear en proyectos de “último minuto” en lugar de devolver el presupuesto para que pueda ser empleado por otras áreas. En otras ocasiones vemos como dichos proyectos de inversión no aportan la rentabilidad esperada.
Sin embargo, dicho enfoque de realizar el presupuesto de inversión de una manera rígida, inflexible y por departamentos encuentra cada vez más dificultades en el nuevo entorno dinámico e incierto de la economía digital.
Como siempre comentamos, estamos viviendo una transformación de la economía que hace que los planes estratégicos, modelos de negocio y ventajas competitivas cada vez duren menos y que sea necesario contar con una organización flexible y dinámica que sepa detectar y aprovechar continuamente las nuevas oportunidades.
En este nuevo entorno cada vez más se tratan los proyectos de inversión como opciones reales. Este enfoque se basa en que la decisión de invertir puede ser alterada por el grado de irreversibilidad, la incertidumbre asociada y la rentabilidad dotando a la empresa de un margen de maniobra para poder rectificar si el proyecto no está siendo rentable y dedicar los recursos a otros proyectos de otras áreas.
Este enfoque se basa en la metodología lean de ir haciendo las inversiones poco a poco y verificando continuamente su viabilidad. Si se viera que la inversión no está dando la rentabilidad esperada en seguida se ajusta el presupuesto y se asigna a otros proyectos que estén teniendo más éxito.
Para ello es necesario que la gestión y el control del presupuesto sea centralizada en lugar de recaer en las distinas áreas.
Por ejemplo, una empresa de fabricación de material de fontanería decide lanzar una tienda online para vender sus productos al público minorista. En el enfoque tradicional se dotará al área de marketing de un presupuesto para el desarrollo y marketing de la tienda. Este presupuesto está ya asignado al área de marketing y normalmente hará la tienda sin validar a priori el éxito. En el nuevo enfoque, se hará un prototipo básico de la tienda para tantear la demanda de Internet y se dará a probar a clientes tipo. Si el prototipo tiene buena aceptación, se seguirá con la inversión y si no, se devolverá el presupuesto para que la empresa lo emplee en otros proyectos.
Por lo tanto, ante el nuevo entorno cambiante que está propiciando Internet es necesario ir adoptando un enfoque de proyectos de inversión como opciones en los que los nuevos proyectos sean validados por el mercado en todo su ciclo y los recursos relocalizados de manera continua.
Deja una respuesta