La economía digital, provocada por la digitalización de los procesos económicos gracias a Internet y a los sistemas de información, está transformando tanto los hábitos de los consumidores como todos los sectores de la economía. Está pasando a ser la capa neurálgica que controla y gestiona la economía física.
Las características que rigen la economía digital, tanto desde el punto de vista de la oferta como la demanda, son diferentes de la economía tradicional y hacen que su correcta comprensión y aplicación sea clave para poder competir y adaptarse a ella.
Hoy vamos a comentar dos de las características más importantes de esta economía:
- La larga cola (long tail) que se produce en los bienes electrónicos y vendidos en Internet.
- La capacidad de innovación que ofrece Internet para inventar nuevas aplicaciones y servicios generando nuevas demandas y mercados.
El principio de la larga cola establece que en el comercio electrónico es posible obtener moderadas ventas de una infinita variedad de productos. Internet potencia los productos específicos (nicho) ya que disminuye el coste de venderlos y estimula y canaliza nuevas demandas antes insatisfechas.
Se ha acabado la época en la que los vendedores se tenían que centrar únicamente en productos exitosos como le ocurre a muchas tiendas tradicionales.
Si en una ciudad media abres una tienda de componentes de coches clásicos lo más probable es que fracase, pero si esa tienda la abres en Internet y la promocionas bien puede ser un éxito.
El segundo aspecto de la economía digital es la capacidad de innovación y desarrollo de nuevos servicios que permite Internet.
En Internet se han dado una serie de factores que hacen que la creación de nuevos servicios y aplicaciones está en continua aceleración:
- La innovación se hace por combinación (a partir de aplicaciones existentes y abiertas).
- La materia prima son bits (no necesitan tiempo para obtenerse y se procesan muy rápidamente).
- Las nuevas innovaciones se realizan en paralelo por multitud de agentes. Es el ecosistema de I+D+i más descentralizado, amplio, colaborativo y constructivo que jamás ha existido.
Sólo tenemos que pensar que muchos de los servicios que utilizamos en nuestro día a día (facebook, twitter, linkedin, aplicaciones móviles) hace años no existían y se han creado a partir de componentes ya existentes. Las redes sociales se crearon combinando las capacidades de la Web 2.0 con el crecimiento de las conexiones a Internet. Las aplicaciones móviles se crearon sobre las plataformas de los smartphone (android, iOS, Windows Mobile, Symbian).
En unos años utilizaremos y trabajaremos en productos y servicios que ahora no existen.
Por lo tanto, estas dos características de la economía digital (demanda para productos muy específicos y gran capacidad de creación de nuevos servicios) a la vez que un reto para sus modelos de negocio tradicionales ofrecen muchas ventajas a las empresas para poder aprovechar el potencial de Internet.
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