Quantitative easing o ruptura del euro!

Estamos viviendo acontecimientos únicos en la unión monetaria europea. La prima de riesgo, diferencial que se tiene que pagar sobre el bono alemán equivalente, está escalando niveles record. La prima de riesgo de los bonos españoles a diez años superaba los 420 puntos básicos, un nuevo máximo de la zona euro, mientras que los franceses escalaban hasta los 166, arrastrados por la grave tensión que sufre el mercado de deuda italiano, cuya prima de riesgo se mantenía en los 560 puntos básicos.

Tanto Italia como España son economías con un peso muy grande en la zona euro. Tienen amplias necesidades de financiación debido al vencimiento de sus deudas, que se están haciendo muy costoso debido a la falta de confianza de los mercados. Ante eso, se ha planteado el uso de un fondo de rescate europeo (EFSF) capitalizado por los principales países del euro. Sin embargo, las posibilidades de ampliar este fondo se están viendo dificultadas por los impedimentos de Alemania. Por lo tanto, si no se consigue generar la confianza en los mercados de que el fondo se puede ampliar y se usará para respaldar las emisiones de Italia y España, las consecuencias serían nefastas para el euro provocando su ruptura. Ante eso, ¿Qué opción queda?

La otra opción es que el banco central europeo use mecanismos excepcionales. Ordinariamente, el banco central realiza operaciones de mercado abierto para fijar el tipo de interés objetivo. Pero también puede realizar compras de una determinada cantidad de bonos con el objetivo de incrementar la oferta monetaria. Está técnica, conocida como “quantitave easing”, permitiría comprar las emisiones de deuda italiana y española relajando la prima a pagar. Y sobre todo transmitiría la imagen a los mercados de que el banco central va a estar siempre respaldando a los países miembros del euro. Incluso el mero anuncio de esta medida haría que no llegase a ser necesaria ya que aumentaría la confianza de los mercados. Pocos inversores se atreverían a atacar a la deuda española e italiana sabiendo que en un futuro puede disminuir la prima, aumentando el precio de los bonos.

Por lo tanto, es necesario que Alemania sea consciente de que vivimos en un sistema monetario basado en el dinero fiduciario que necesita un banco central para garantizar la confianza del sistema y actuar de prestamista en última instancia, y permita que el banco central haga lo mismo que realizó en su día la reserva federal y el banco de Inglaterra. El euro está en juego.

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