Para que los mercados proporcionen unos resultados óptimos tanto los consumidores como las empresas tienen que tener toda la información sobre precios y características de los bienes y servicios. Se dice entonces que hay información completa y simétrica.
Sin embargo, en ocasiones está hipótesis no se da. El caso del mercado inmobiliario español de los últimos años es un claro ejemplo. En el período 1997-2007, los precios de la vivienda en España subió más de un 10% anual, llegado incluso a un 30% en algunos años. El número de viviendas construidas al año en España ha llegado a superar las construidas en Francia, Alemania y Reino Unido juntas. Por ejemplo, en 2006 se visaron más de 800.000 viviendas. El endeudamiento de los españoles se triplicó en menos de diez años, con el consiguiente riesgo para la viabilidad de la economía del país.
Los datos expuestos son contundentes. Pero la pregunta es, ¿Cómo ha podido un sector como el inmobiliario alejarse tanto de la realidad? ¿Cómo ha podido estar la gente engañada tanto tiempo?
Pues han contribuido muchos factores: Política monetaria del BCE, políticas fiscales de incentivos a la compra de vivienda, relajación de los criterios de riesgo de los bancos, etc. Pero un elemento clave ha sido la información que llegaba a los compradores y que ha sido clave en la determinación de la decisión de compra de una vivienda. Por lo tanto, los consumidores no han tenido o no han conseguido tener una información completa y perfecta, tomando decisiones que les perjudicaban.
Entre las fuentes de información (o desinformación) que influían a los potenciales compradores estaban:
- Organismos como el Banco de España o el Ministerio de Vivienda, que no alertaban con claridad y rotundidad de lo que estaba pasando.
- Medios de información tradicionales que lanzaban el mensaje de que los pisos nunca iban a bajar.
- Promotoras y constructoras que con su anterior peso en el mundo económico negaban la burbuja inmobiliaria.
- La gente en general, que tenía la falsa creencia de que la vivienda y los terrenos nunca iban a subir.
Como ejemplo, en el año 2004 el semanario The Economist publicó un reportaje que alertaba de la burbuja inmobiliaria española y del enorme riesgo que suponía para nuestro futuro. Ningún medio nacional le hizo caso e incluso algunos constructores o promotores lo despreciaron.
Toda esta información alentando la compra de vivienda provocó que muchos españoles compraran casas que no podían pagar y que muchos otros tengan una deuda por encima del activo que la respalda. En este era de desinformación que vivió este país, hay que destacar la labor que hicieron los profesores José García Montalvo (UPF), Gonzalo Bernados (UB) y Ricardo Verges (Universidad de Montreal) en proporcionar desde su posición y con mucho esfuerzo información veraz, íntegra y objetiva.
Concluyendo, en el ejemplo del mercado inmobiliario español de los últimos años se puede ver como la manipulación y la ocultación de la información puede afectar a la toma de decisiones económicas ocasionando tanto daño a miles de personas y a un país entero.
PD: En el año 2008, el semanario The Economist publicó un reportaje titulado The party is over.
Un post muy interesante. Gracias por la información. Saludos.