Liquidez, la clave en los precios del sector inmobiliario

Liquidez es un concepto relacionado con el volumen de transacciones que se realiza en un mercado. Mientras más líquido es un activo o un bien, más fácil es venderlo, encontrando compradores y precios, lo que favorece su compra.

Por lo tanto, en un mercado con mucha liquidez, en el que se realizan multitud de transacciones, los consumidores tienen una información completa sobre los precios de los activos.

Como todos sabemos, España están viviendo una crisis inmobiliaria desde el año 2007 que ha paralizado completamente el sector inmobiliario. Debido a que se habían construido grandes cantidades de viviendas durante los años del boom (llegándose a construir más que Francia, UK y Alemania juntos), el primer efecto de la crisis fue una caída en la construcción de  viviendas. Debido a la situación económica adversa que vivimos, la capacidad de compra y la demanda de viviendas han caído también bruscamente.

Ante esta situación, los promotores, la banca y los propietarios de vivienda tenían dos opciones. Podían realizar el ajuste a la nueva situación vía precios o vía cantidades.

Si el ajuste se realizaba vía precios, hubiera habido un descenso considerable en el precio de los activos inmobiliarios, los bancos hubieran saneado sus balances aflorando pérdidas por el ajuste de los precios y hubieran sido recapitalizados. De esta forma, se hubiera transmitido una imagen de transparencia a los mercados a la vez que la información sobre los precios de los activos inmobiliarios hubiera sido precisa y completa. Esta estrategia, aunque hubiera provocado en un primer momento grandes pérdidas en las cajas de ahorro y bancos, habría ayudado a liquidar el stock de viviendas y suelo disponible y sobre todo habría provocado que los precios de las transacciones inmobiliarias fueran más fiables.

En lugar de ello, el ajuste se ha realizado vía cantidades. Los promotores, bancos y cajas se han negado a ajustar el valor de sus activos inmobiliarios provocando una caída de las ventas de viviendas, un aumento del desempleo y una desconfianza de los inversores internacionales en el valor de los activos inmobiliarios declarado en los balances de los bancos y cajas españoles. Ello a su vez provoca que los bancos y cajas no presten dinero para adquirir unos activos cuyos precios no son fiables.

Por lo tanto, es necesario que las entidades financieras españolas procedan a liquidar sus activos inmobiliarios con el objetivo de trasladar una imagen de transparencia a los inversores, acelerando a la vez el ajuste del sector inmobiliario. Sólo de esta forma, se reactivará el crédito y volverá el crecimiento económico.

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